¿Mande? Sí, collares de lactancia.
La primera vez que lo oí y lo vi como de pasada pensé "¿Qué extraño artilugio habrán inventado ahora? ¿Será para sostener la cabecita del bebé al pecho sin manos? ¡Qué fuerte! La ley del mínimo esfuerzo, jajaja". Fue en el programa "Bebé a bordo" de Divinity.
Mis dudas se disiparon rápidamente cuando la muchacha (doula) explicó que se trataba de ponerse el collar y que el nene se agarrara a él mientras mamaba. ¡Aaaahhh! Y... ¿eso para qué?
Sonará inútil y absurdo. Peeeero mirad esta imagen:
¿A que a ninguna nos gusta que nos tiren del pelo por mucho amor que le tengamos a ese pequeño ser? Mucho menos que nos arañen el pecho (de lo cual no voy a poner evidencia gráfica, jajaja).
Por lo tanto... mucho mejor esta opción ¿no?
Como veis, es mucho más sano (al menos para la mamá) que el peque se agarre a este "extraño artilugio" antes que al pelo, al pecho o al michelín (que también tiende a ello, pero como lo hace con la mano que le queda por debajo de mi brazo no sé muy bien cómo solucionarlo, jajaja)
Y para eso sirve un collar de lactancia. La chica en cuestión no da el patrón, pero lo podéis hacer como os dé la gana. Yo he hecho dos modelos, uno a base de puntos bajos y otro con forma de cordón, que explican en Tejiendo Perú. Si lo buscáis en imágenes de Google salen unos que son como bolas de madera forradas, lo que creo que es mucho más bonito a la par que entretenido, pero no sé hacerlo ni tengo tanto tiempo, jejeje. Eso sí, recomiendan que sea 100% algodón porque de esta manera también lo podrán morder cuando le empiecen a salir los dientes y no sueltan "pelusilla".
Además tiene una última ventaja, que a mí me parece la más mimosa: HUELE A MAMÁ, y ese es un olor indescriptible, del que no hay perfume a la venta y de lo más tranquilizador.
Quizá sea un poco rara, pero en mi opinión sería un buen detallito para una futura mamá.